miércoles, 20 de agosto de 2014

LOS PUJOL Y LA COSTUMBRE DE MATAR AL MENSAJERO.


Es una tradición histórica la de matar al mensajero que nos trae las malas noticias. Y es una tradición histórica la desfachatez de los políticos. La "casta" de los Pujol y ahijados, en lugar de avergonzarse de sus actos tan poco patrióticos como llevarse el dinero de los catalanes a Andorra o Suiza (presuntamente), denuncian a la banca andorrana por difundir sus apañitos financieros. La transparencia les da grima y en nombre de la privacidad quieren, una vez más, cargarse al mensajero y correr un tupido velo sobre sus actividades económicas privadas a la sombra de la política y el patriotismo catalán. Qué cosas.
En fin, no quiero pensar que las ansias de independentismo de su ahijado Mas no son el último acto de una campaña de rapiña, en busca de la impunidad definitiva para seguir forrándose a costa de la ingenuidad del pueblo y los utópicos de ERC, pero si yo fuera catalán me lo pensaría mucho antes de pedir la independencia, sobre todo si llegase a considerar que no es España la que les roba sino la casta nacionalista.
No veas el chollo, si se descubre el pastel siendo Cataluña independiente, con un Tribunal Supremo catalán nombrado por un Congreso dominado por los nacionalistas. ¡Ancha es... Cataluña! 
Vosaltres vereu, germans catalans. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que más lamento es la poca memoria de los alicantinos. La historia de los Pujol y su Banca Catalana, el expolio de las cuantas más jugosas del Banco de Alicante, la ruina por la mala contabilidad usada por dicha empresa al igual que la propia Banca, etc. La ruina que supuso la crisis del Banco de Alicante y el silencio sobre la culpabilidad de los hechos. Pero así son los humanos. Estuvimos a punto de pagarlo los trabajadores. Muchos jefecillos "emigraron" a otras empresas. Los de siempre tuvimos que trabajar muy duro para sobrevivir y sacar adelante el banco. Todo se hizo con dinero del Estado, es decir, de todos. Despues se regaló el Banco a un amiguete de Aznar y ya nadie recuerda estos avatares. Solo el valor del pobre Maragall pudo haber cortado la manera de "trabajar" de esta gente. Pero la "tonteria" de la masa borreguil ha permitido a estos, y a otros, indeseables cubrirse con la bandera catalana y decir lo de siempre: Esto es un ataque contra Catalunya.
Tengamos en cuenta que tras las banderas solo se refugian los cobardes y los fascistas.

Eusebiet d´Alacant