domingo, 27 de septiembre de 2009

LOS LIBERALES ALICANTINOS Y SU LUCHA POR LA DEMOCRACIA.

Fusilamiento de Boné y sus compañeros (cuadro anónimo).


Estos días Juan José Amores y Alfredo Campello, de ALICANTE VIVO, han realizado, y publicado en ese blog, una magnífica investigación para esclarecer el paradero de los restos mortales de don ELEUTERIO MAISONNAVE, ilustre liberal alicantino, abogado y periodista, diputado a Cortes, ministro de Estado y de Gobernación en la I República, compañero político de D. Emilio Castellar, fundador de la Caja de Ahorros que hoy se llama CAM, director del periódico madrileño “El Globo”, miembro de la Institución Libre de Enseñanza y primer Alcalde de Alicante elegido por sufragio universal masculino.
Eleuterio Maisonnave representa la culminación de una larga y cruenta lucha llevada a cabo por los liberales alicantinos, y otros correligionarios que vinieron a morir aquí, por la Democracia y la Libertad.
Ya durante la Guerra de la Independencia, los alicantinos, entre los que abundaban los comerciantes y burgueses de origen francés (como el mismo Maisonnave), inglés y genovés, de formación ilustrada y culta, se decantaron inmediatamente por las ideas liberales promulgadas en la Constitución de 1812, bautizando ese mismo año la plaza que hoy se conoce como Portal de Elche, como “Plaza de la Constitución”.
Destacados liberales de ese periodo fundacional son D. Manuel Soler de Vargas, primer alcalde constitucional; D. Antonio Bernabéu, sacerdote liberal, diputado en las Cortes de Cádiz, que padeció cárcel y persecución por la Inquisición, y se exilió en Francia e Inglaterra donde las autoridades eclesiásticas, a petición del Obispo de Orihuela, le retiraron el permiso para celebrar misa, muriendo lejos de su patria chica; y el abogado D. Antonio Mira-Perceval, cuyas obras fueron retiradas y prohibidas por la Inquisición restaurada por el infausto Fernando VII.
Tras el primer periodo de absolutismo, volvió a entrar en vigor la Constitución de 1812, el 23 de marzo de 1819. En Alicante se fundó entonces la Sociedad de Amantes de la Constitución, integrada por Rafael Bernabéu, Mariano Piqueras, Joaquín Hernández de Padilla, Juan Faus, José Natino, Manuel Navarro, Miguel Ródenas y Estanislao Sevilla.
El mando de Alicante recayó en el gobernador militar D. Joaquín de Pablo Chapalangarra, quien en 1823 recibió al General Torrijos, que iba de paso para Cartagena. Sin embargo el 6 de noviembre de ese mismo año, Chapalangarra tuvo que rendirse a los “100.000 Hijos de San Luis”, tropa francesa enviada a España en apoyo del absolutismo de Fernando VII. Alicante fue la última capital tomada por los absolutistas, partiendo desde nuestro puerto los últimos liberales hacia Gibraltar. Alicante era así el último reducto de la democracia y el último lugar español donde rigió la Constitución de 1812, tal como un siglo después sería el último reducto de la República democrática.
Poco antes de esta derrota, el alicantino Bartolomé Arques había armado a sus expensas una partida de voluntarios en auxilio de los liberales de Valencia, cercados por los absolutistas. Desde el exilio organizó en 1826, junto a los hermanos Antonio y Juan Fernández Bazán, un desembarco en Guardamar con el ánimo de liberar a la provincia de Alicante. Arques murió en el combate y los hermanos Bazán fueron fusilados en penosas circunstancias, junto con todos los liberales que fueron capturados por el fanático y cruel gobernador absolutista Fermín de Iriberri, quien los torturó y les negó los sacramentos; siendo fusilados los heridos en sus camillas.
Poco después, a la muerte de Fernando VII y la coronación de Isabel II, el General Espartero, de ideología liberal, sería nombrado por los alicantinos su representante en el Senado con la nueva Constitución de 1837.
Los liberales se habían escindido en Progresistas y Moderados (más bien conservadores reaccionarios), y la nueva Constitución se vería pronto desvirtuada por los manejos del gobierno del general Narváez con la promulgación de la Ley de Ayuntamientos. En 1844, el coronel de carabineros Pantaleón Boné, progresista defensor de la Constitución y contrario a la Ley de Ayuntamientos, se apoderó de Alicante en un audaz golpe de mano. Formó una junta de gobierno de claro tinte liberal, formada por Manuel Carreras, Miguel España, José María Gaona y Marcelino Franco. Cercada la ciudad por el general Roncalli, que fusiló a 7 oficiales de Boné en Villafranqueza, el 14 de febrero, y traicionado el coronel por su lugarteniente Martín Empecinado (hijo o sobrino del famoso guerrillero), que entregó el Castillo de Santa Bárbara a Roncalli, Boné y 23 compañeros fueron fusilados en la actual Explanada el 8 de marzo. Algunos liberales civiles, entre los que se encontraba Carreras, pudieron huir a tiempo en buques extranjeros, siendo por segunda vez Alicante el último reducto de la Libertad.
Manuel Carreras regresó a Alicante algún tiempo después, acogiéndose a una amnistía. Participó en una supuesta conspiración republicana en 1848 y fue condenado a muerte. Conmutada la pena, fue desterrado a Filipinas, de donde regresó enfermo tras el triunfo liberal progresista, y aún pudo ser alcalde de Alicante en 1854, poco antes de morir.
Tras el derrocamiento de Isabel II, en la Revolución de 1868 (“La Gloriosa”), se formó en Alicante una Junta Revolucionaria formada por Tomás España, Francisco García López y nuestro ELEUTERIO MAISONNAVE; aunque todavía sería fusilado en Ibi el liberal republicano Froilán Carvajal, el 8 de octubre de 1869. Es en esta época turbulenta, con la brevísima monarquía de Amadeo de Saboya, la todavía más breve I República, con los desmanes de los catonalistas y la continuación de la guerra contra los carlistas, cuando nuestro Maisonnave es elegido Alcalde de Alicante, diputado a Cortes y ministro de Estado y Gobernación bajo los presidentes Salmerón y Castelar, organizando personalmente la defensa de Alicante frente a los ataques de fragatas catonalistas procedentes de Cartagena.
Con la restauración borbónica de Maura, en la figura de Alfonso XII, las aguas se calman y los liberales y los conservadores se turnan en un régimen político viciado por el caciquismo y una Constitución que reparte la soberanía entre el Rey y el pueblo; con un sistema electoral censitario, que no recuperará el sufragio universal hasta el "gobierno largo" del liberal Sagasta.
Poco a poco los trabajadores van ganando voz en la política española. Se avecinan nuevos tiempos en que los liberales serán sobrepasados en sus ansias democráticas por los republicanos de Lerroux, los socialistas de Pablo Iglesias y el movimiento anarquista. Los alicantinos, que todos los años, en la Plaza del Mar, acuden a honrar el monumento a los Mártires de la Libertad, como se denomina a Pantaleón Boné y sus compañeros, se mostrarán mayoritariamente republicanos, hasta el triunfo de los partidos de izquierda en las elecciones municipales que provocan el exilio de Alfonso XIII y la proclamación de la II República el 14 de abril de 1931.
En 1 de abril de 1939, Alicante será de nuevo el último reducto de la libertad, y su puerto el último lugar donde ondeará la bandera republicana que amparaba la Constitución democrática frente a la dictadura franquista.
Pero esta es ya otra historia.
Miguel Ángel Pérez Oca.

Bibliografía recomendada.-
“RESEÑA HISTÓRICA DE LA CIUDAD DE ALICANTE” de Nicasio Camilo Jover (edición facsímil de Agatángelo Soler). Alicante. 1987.
“REFUGIO DE LIBERTAD” de Gerardo Muñoz Lorente. Ed. Equipo Sirius. Madrid. 2006.

domingo, 20 de septiembre de 2009

LAS PISADAS DE LOS ASTRONAUTAS







A falta de una, dos. Dos sondas espaciales, una hindú , la Chandrayaan 1, y otra de la NASA, la Lunar Reconnaissance Orbiter, nos han mandado fotografías donde se pueden ver con claridad las huellas que dejaron los astronautas que hace 40 años caminaron sobre nuestro satélite natural. También se ven los restos del módulo de alunizaje, la parte inferior de la famosa "araña" que quedó en el lugar de arribada, así como los instrumentos científicos, alguno de los cuales todavía funciona hoy día y transmite datos.

Con esta evidencia debería quedar demostrado para siempre que el hombre llegó a la Luna en seis ocasiones (Apolos 11 al 17, menos el 13 que sufrió una avería que lo obligó a volver a la Tierra en una trayectoria inercial tras rodear la Luna). Pero esos absurdos esotéricos, capaces de creer en las sicofonías, los fantasmas, los OVNI, la Astrología, el tarot y demás sandeces, siguen empeñados en no creer que la tecnología americana permitiera a doce astronautas pisar la Luna, y nos dirán ahora que las imágenes de las dos sondas han sido manipuladas. Porque ellos tienen que seguir erre que erre con sus tonterías para seguir vendiendo libros y programas de radio y televisión, y seguir forrándose a costa de los crédulos. El "misterio" vende mucho y produce dividendos.

Para apoyar su teoría de que los alunizajes fueron un montaje, aducen una serie de argumentos sobre las fotos que trajeron los astronautas. Los principales son:

1.- En las fotos no se ven las estrellas.
2.- La bandera plantada en la Luna se movía con la brisa, cuando se sabe que en la Luna no hay atmósfera.
3.- Las sombras en el traje blanco de los astronautas no son absolutamente negras, cuando en un ambiente sin aire no puede haber dispersión de la luz que las suavice.
4.- Las sombras del suelo no son paralelas como correspondería a un solo foco de luz: el sol.

Bueno, pues no se ven las estrellas porque para que salieran en la foto habría que dar al objetivo una exposición de varios segundos que quemaría las imágenes de la superficie lunar que se pretendía retratar. No se olvide que a causa de la falta de atmósfera, aunque el cielo se ve oscuro, no es de noche sino de día y la luz es muy intensa.

La bandera plantada en la Luna estuvo moviéndose durante varios minutos por un efecto de péndulo provocado por los movimientos del astronauta al clavar el asta en el suelo, de la misma manera que movemos el palo de una sombrilla cuando lo clavamos en la arena de la playa. La falta de aire que frenase ese movimiento pendular de la tela, colgante de una barra horizontal, hizo que el movimiento durase un tiempo.

Las sombras en el traje del astronauta no se ven negras sino grises por el reflejo de la luz que da en el suelo a su alrededor. Precisamente la falta de dispersión de la luz en el aire es la que hace que las sombras del suelo sí sean completamente negras y no grisáceas, como serían en un lugar con atmòsfera y dispersión lumínica.

La falta de paralalismo de las sombras se debe a una combinación de lo accidentado del terreno y la perspectiva.

Y todavía hay un argumento de gran peso en contra de la teoría de la conspiración: En aquellos momentos el mundo estaba en plena Guerra Fría. Los soviéticos, rivales de los americanos, vigilaban todas sus operaciones espaciales con la tecnología más avanzada de la época. En todo momento los americanos fueron observados por los soviéticos, que no hubieran consentido un fraude como el que nos proponen los partidarios de la falsificación. Menudo escándalo se hubiera armado. Por otro lado, hacen falta cientos de personas para llevar a cabo una filmación como la que nos dicen que hizo Stanley Kubrik, el de "2001, Odisea Espacial". Es imposible que tanta gente hubiera guardado el secreto.

Personalmente, conozco a un testigo presencial de absoluta confianza que me refuerza mi seguridad de que el hombre estuvo en la Luna: Mi amigo Luis Ruiz de Gopegui era entonces el jefe de la estación de seguimiento de la NASA en Fresnedillas. Cuando oye las tonterías de los esotéricos se ríe y me dice que él hablaba con los astronautas y sabe muy bien a qué punto de la Luna enfocaba su antena.

En las fotos que han proporcionado las dos sondas espaciales se pueden ver los asentamientos de varios alunizajes. El más interesante es el que que nos ha mostrado la sonda americana, del Apolo XIV. Se ve el módulo lunar y las huellas del carrito cargado de instrumentos y muestras lunares que arrastraba el astronauta Shepard, que antes de pisar la Luna había sido el primer americano en el espacio, en vuelo suborbital, y que ha fallecido hace unos meses.
Los negociantes del "misterio" y las conspiraciones deberían al menos respetar la memoria de aquellos héroes que arriesgaron su vida por el progreso de la ciencia. Pero eso significaría que son honestos, y se les acabaría el negocio.

Miguel Ángel Pérez Oca.



martes, 15 de septiembre de 2009

EL DESCONCIERTO DE UN CIUDADANO RESPONSABLE.



Ser o no ser, que diría Schakespeare. Pero, ser, ¿qué? Uno cree que hay gente honrada que piensa diferente a uno, por falta de información o por partir de unas premisas equivocadas; pero también le acosa la sospecha de que el equivocado pudiera ser uno mismo, porque la realidad es tan compleja que es muy difícil hacerse de ella una idea cabal, sobre todo si nos referimos a la realidad política. De acuerdo, los demás tienen derecho a pensar diferente y hay que respetarlos. Vale, eso es la Democracia. Pero hay veces que uno sospecha que el otro nos está mintiendo a sabiendas. No es que piense diferente, es que miente descaradamente, porque piensa que uno es tonto, que la gente es tonta, que sus propios votantes son tontos, y a lo mejor es verdad. Lo cual no lo libra de responsabilidad sino que acrecienta su delito, porque no hay nada más feo que aprovecharse de la debilidad mental de la víctima; y ya se sabe que no hay nada más tonto que un trabajador de derechas. Digo esto porque no me puedo creer que el señor González Pons no sepa cuál es la labor de un fiscal y se atreva a decir que “si la moción de censura de Benidorm se hubiera hecho en un ayuntamiento del PSOE ya estaría actuando el fiscal”. ¿Actuando contra qué? ¿Desde cuándo una moción de censura apoyada en un trásfuga es un delito? Esto está fuera de las competencias de un fiscal y el señor González Pons lo sabe muy bien, pero manipula, enreda y arma el cisco, desprestigiando a las instituciones del Estado y haciéndole más daño que el pseudorreferendum de ese pueblo catalán al que solo han ido a votar los independentistas. Pero, claro, los señoritos de la derecha pueden hacerle al Estado todo el daño que quieran, que para eso el Estado es suyo, “por la gracia de Dios”. ¿Y qué me dicen de Rajoy, escandalizándose de la moción de Benidorm, cuando en su día vino por aquí a apoyar a Zaplana, cuya carrera política empezó con una moción idéntica a esta pero al revés? Un olvido que no puede ser amnesia histórica sino pura desfachatez.
Estaría todo claro si del otro bando viéramos un liderazgo fuerte, con capacidad de respuesta, con la evidencia de unas ideas claras basadas en un propósito y unos conocimientos económicos inapelables. En una palabra, necesitábamos un Obama español, un “Obámez” en quien confiar. Hasta hace poco, los de la izquierda posibilista identificábamos a Obama con ZP, a nuestro nivel. Pero la fuga de los ex ministros, que dejan la política y el escaño y salen corriendo hacia Europa o la Universidad, nos hace sospechar que algo se resquebraja en las alturas del PSOE. ¿Qué está pasando? ¿Quién ha perdido el norte?
Almunia, un viejo socialista de pro y ahora Comisario de Economía de la Unión Europea, nos dice que el único país que no saldrá de la crisis este año será España. Que vamos a la cola de la economía y a la cabeza del paro.
Desde luego, uno puede pensar que la culpa no la tiene ZP, que él no fue quien le dio alas a los genios del pelotazo ladrillero que nos han puesto en una crisis local sobre otra internacional. Que bastante hace con aguantar el vendaval remendando descosidos y tapando agujeros para que no sufran los más indefensos. Que poco se puede hacer con una economía que depende de que los demás salgan a flote y vengan otra vez de vacaciones, compren chalets adosados en Torrevieja o nos importen jamón de pata negra y molinos eólicos, sino esperar que pase la tormenta. Pero, ¡narices!, es que este hombre de sonrisa angelical y optimismo a prueba de rayos y truenos no es capaz de plantarle cara al Rajoy y decirle, una y otra vez, machaconamente, insistentemente, como hacen los otros: “Vale, usted dice que lo que yo hago es erróneo, pues ahora diga usted lo que haría si gobernase: ¿pondría más barato el despido? ¿bajaría las prestaciones de desempleo y sanidad? ¿Qué coño haría usted, maldito demagogo? No me venga con monsergas y diga de una vez cual es su plan para salir de la crisis y quién quiere que lo pague sin subirle los impuestos a los ricos.” Porque, si no lo hace, si no sabe responder, los trabajadores de derechas, lo más tonto que hay en este mundo, se dejarán manipular una vez más, y la derechona que defiende los intereses de los privilegiados logrará de nuevo unas mayorías que no se merece.
Camilo José de Cela II, en su artículo de hoy en la prensa, nos dice que acabaremos teniendo que elegir entre los “tontilocos” y los “sinvergüenzas”. No deja de ser descorazonador.
Miguel Ángel Pérez Oca.

jueves, 10 de septiembre de 2009

RABASSA. LOS MISTERIOS DE UNA MAQUETA.

¿Dónde están el estadio de fútbol, Ikea y el centro comercial?

Ahora resulta que lo de las viviendas de protección oficial no era el único motivo que llevaba al generoso corazón del Gran Constructor a promocionar su Plan Rabassa. Hace unos meses apareció por todas partes un folleto (casi tengo uno de mis lapsus y le llamo "panfleto", es la "vellea") en el que se nos mostraban vistas de una magnífica maqueta virtual donde el accidentado terreno donde se asientan las lagunas de Rabassa aparecía todo llanito, que daba gusto verlo, con su cesped y sus paseos recoletos, mejorada su áspera naturaleza actual y convertido en un regocijante eden donde crecían las viviendas, maravillosas y baratitas. Cojonudo. Y uno se preguntaba para qué quería el promotor hacer publicidad, a estas tempranas alturas, de unas viviendas que como muy pronto no estarían en venta hasta dentro de cuatro o cinco años. Solo cabía una explicación: El entusiasmo del Gran Constructor, su anhelo de justicia social y su indudable filantropía, le llevaban a gastarse la pasta en una campaña publicitaria de su encomiable proyecto. Vamos, que ni Vicente Ferrer, que Dios tenga en la Gloria.

Y ayer me entero de que la Alcaldesa "ordena" a nuestro benefactor que no construya un centro comercial junto al Rico Pérez, sino en Rabassa. Otra que tal. Cómo se preocupa esta mujer porque Alicante esté guapa, guapa y guapa. Sí, señora. En Rabassa se construirá otro Rico Pérez, bueno, otro estadio que se llamará... ¿a que no imaginan cómo se llamará? No, Vicente Ferrer, no... El otro. Ese, ese, muy bien... Total que en Rabassa tendremos un estadio de fútbol, un centro de Ikea y un centro comercial de no sé quién... Pero yo miro la maqueta que se nos mostraba en la propaganda de hace dos o tres meses y no encuentro el estadio, que es una cosa muy grande, con aparcamientos alrededor, se supone, ni el establecimiento de Ikea, que también suele ser algo muy grande y con aparcamientos, ni el centro comercial, de Ikea, que lo ha pedido, o del Gran constructor, o de quien sea, también con sus respetivos aparcamientos. Todo esto ocupará mucho lugar, ¿verdad? Pero no consigo verlo en la famosa maqueta. Porque, entonces, ¿donde se harán las viviendas protegidas, y las otras? Y si no, ¿para qué nos dieron la tabarra con aquella propaganda? ¿Donde digo "digo", digo "Diego"? Vale.

¿Y el actual Estadio Rico Pérez? Pues parece ser que en los solares anexos al estadio se permitirá al interesado (nunca mejor dicho) construir torres de viviendas, en una zona más productiva, asequible y comercial que en Rabassa, ¿verdad? Y el estadio... bueno, la Alcadesa dice que quedará para uso de los alicantinos, ¿para qué? ¿para plantar champiñones, o para esporádicos espectáculos circenses y mítines políticos? Porque si allí no juega ya el Hércules, ¿para qué queremos un estadio tan grande y tan deteriorado? ¿O lo van a arreglar para que no se use? A lo mejor esperan que se caiga a pedazos para justificar una recalificación y llenarlo también de torres... me temo; y ojalá esté equivocado y cuando se caiga hagan allí un parque dedicado al doctor Balmis, nuestro más eminente paisano. Y así Alicante estará más guapa, guapa y guapa. ¡Ay, qué alcaldesa tenemos!

Todo son misterios dignos de Iker Jimenez: misterios misteriosos, insondables, alucinantes. Nada menos que la bilocalización de un estadio de fútbol y la desaparición de un plan de viviendas protegidas (¿o no?), todo por arte de magia.

Vuelvo a mirar las imágenes de la maqueta virtual y me hago cruces. Ni Houdini, ni David Copperfield lograron nunca tamaña hazaña de ilusionismo. Es para cagarse.

Miguel Ángel Pérez Oca.

sábado, 5 de septiembre de 2009

COSAS DE LA VIDA


La otra tarde estaba yo con mi amigo Pepe, tomándome una horchata en la plaza del Portal de Elche, cuando vimos acercarse hacia nosotros a un enorme policía municipal con cara de pocos amigos. Pensé que se dirigía a nuestra mesa, y empecé a sentir un impreciso temor a haber hecho algo incorrecto, pero pasó de largo, hasta la mesa de al lado, donde un muchacho subsahariano de aspecto frágil y piel oscura y brillante intentaba vender un reloj de pulsera a una pareja joven que tomaba café. Al ver acercarse al policía, el muchacho salió corriendo, dejándo sobre uno de los sillones una bolsa de plástico llena de relojes. El policía intentó alcanzar al presunto delincuente (?), pero éste se le escapó de las manos y se alejó hasta la esquina, donde se detuvo y permaneció espectante, en espera de la actitud del agente, que se volvió hasta la mesa, cogió la bolsa de los relojes y se la llevó. Después el joven africano se acercó de nuevo a comprobar su pérdida y en su rostro se podía ver un gesto de impotencia y resignación. Ni un grito, ni una amenaza, ni un gesto de desesperación; solo tristeza. A saber a qué capo tendrá que dar cuenta de la pérdida de los relojes, y cuantos días tendrá que trabajar gratis para subsanar su descuido. En la delgada línea que separa la supervivencia del hundimiento definitivo estará oscilando la bolsa de plástico, bajo la crueldad de los que negocian con el hambre de estos emigrantes sin papeles, la indiferencia del guardia, el silencio culpable de los que disfrutábamos de la sombra y del aire fresco de la Plaza del Portal de Elche... Es la ley, estamos en un estado de derecho, pero ese joven ha llegado aquí huyendo del hambre, la miseria, la tiranía y la injusticia, para venir a un país rico - como el nuestro, a pesar de la crisis -, quizá se jugó la vida en una patera, quizá se desgarró las carnes en la alambrada de Ceuta, quizá... para encontrarse aquí con su propia miseria, su propia hambre, su propia injusticia, que para más inri está ahora rodeada de opulencia.

Nuestras fuerzas del orden requisan las baratijas de los top manta y los vendedores sin papeles, mientras nuestra Hacianda no puede hacer nada para evitar que los super millonarios camuflen sus enormes beneficios en sociedades de inversión que solo cotizan el 1%. El puerto deportivo está a rebosar de lujosos yates cuyo precio y mantenimiento es muy superior a lo que puede ganar un trabajador honrado. Yo me pregunto cuántos sueldos miserables, cuantos contratos temporales y precarios hay detrás de muchos de esos yates. Y me duele que un guardia, macizo como un armario, pierda el tiempo husmeando las actividades de un infeliz subsahariano que intenta vender unos relojes de la señorita Pepis.

Son cosas de la vida.

Esta mañana he visto a un buen amigo paseando con su esposa y un cochecito de niño. Han ido a Etiopía para adoptar un precioso bebé de unos pocos meses, rescatado de la miseria tercermundista, en la que, a pesar de todo, ya había aprendido a sonreír con su carita maravillosa de angelito negro, y una mirada tan limpia como las fuentes del Nilo Azul, que nacen en su tierra. Ojalá conozca a mi nieta Sara, y sean amigos y compartan maravillas e inquietudes, en un mundo donde ya no pasen esas cosas que hacen a uno bajar la mirada, avergonzado de su sociedad, y exclamar, impotente o cobarde: "Son cosas de la vida".